Decadencia de mercados, explosión en Central de Abastos Mazatlán evidencia

La reciente explosión en una bodega de la Central de Abastos del ejido El Venadillo expuso, una vez más, el deterioro en que operan los espacios comerciales de Mazatlán.

Las llamas consumieron un local dedicado a la venta de chiles, provocando una explosión que lanzó fragmentos de metal y dejó un bombero lesionado. El siniestro desató el temor de una posible propagación a otros establecimientos.

Mientras el incendio se sofocaba, locatarios observaban impotentes cómo su patrimonio se desmoronaba. Algunos intentaron controlar el fuego antes de la llegada de los cuerpos de emergencia, sin éxito.

Este hecho no es aislado. Seis de los siete mercados municipales de Mazatlán presentan graves daños estructurales. Techos deteriorados, instalaciones eléctricas obsoletas y drenajes colapsados forman parte del panorama.

El regidor Felipe Parada Valdivia señaló que si estos mercados fueran propiedad privada, ya estarían clausurados. Sin embargo, la respuesta institucional ha sido mínima.

A pesar de los anuncios para rehabilitar el mercado Pino Suárez, los trabajos no han iniciado. En otros centros de abasto como el Juan Carrasco, López Mateos y Cuauhtémoc, las condiciones también son preocupantes.

La combinación de abandono oficial y riesgos operativos hace evidente una crisis en los espacios comerciales de Mazatlán. La explosión en la Central no solo dejó pérdidas materiales, sino que fue una advertencia de lo que podría repetirse si no se actúa pronto.

 

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