La violencia en Culiacán ha obligado al cierre de más de 2 mil negocios formales e informales, así como a la pérdida de más de 7 mil empleos, informó Óscar Sánchez Beltrán, presidente de la Unión de Comerciantes de Culiacán (UCC), ante un desplome del 80% en la actividad comercial.
El incremento de la delincuencia organizada ha generado un ambiente de miedo y pánico entre los empresarios, quienes enfrentan robos, extorsiones y asaltos constantes. Los negocios más afectados son los considerados no esenciales, como tiendas de ropa, tecnología y servicios para eventos.
Los delitos contra el comercio han aumentado un 50%, y las llamadas de extorsión se han triplicado. Además, más de 800 comerciantes han sufrido el robo de vehículos, lo que ha frenado la renovación de sus unidades de transporte.
Frente a esta crisis, muchos empresarios han recurrido a una moratoria colectiva para diferir pagos de rentas, créditos y obligaciones fiscales, con la intención de evitar la quiebra total. La UCC hizo un llamado urgente a las autoridades para que implementen medidas de seguridad y apoyos económicos que frenen esta caída.
Sin una respuesta efectiva, el sector comercial de Culiacán corre el riesgo de enfrentar daños aún mayores en los próximos meses.
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