Un vuelo de Turkish Airlines que partió de Seattle con destino a Estambul tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York, tras el fallecimiento repentino del piloto Ilcehin Pehlivan, de 59 años. El incidente ocurrió mientras el avión, un Airbus A350, sobrevolaba la región canadiense de Nunavut.
El trágico desenlace a bordo
El vuelo, que había despegado sin contratiempos desde Seattle, enfrentó una situación crítica cuando Pehlivan, comandante del avión, colapsó en la cabina. En ese momento, el segundo piloto, junto con el copiloto, tomó rápidamente el control de la aeronave para garantizar la seguridad de los pasajeros y la tripulación. A pesar de los esfuerzos inmediatos de la tripulación por brindarle asistencia médica a bordo, Pehlivan fue declarado muerto antes de que el avión lograra aterrizar.
La emergencia obligó a los pilotos a redirigir la ruta original y solicitar un aterrizaje de urgencia en Nueva York. Al aterrizar en el aeropuerto JFK, los equipos en tierra realizaron los preparativos necesarios para gestionar la situación, coordinando el traslado de los pasajeros a su destino final en Turquía.
Un piloto con una larga trayectoria
Pehlivan, quien había trabajado para Turkish Airlines desde 2007, era un piloto con amplia experiencia y estaba al frente de uno de los aviones más modernos de la flota, el Airbus A350. La aerolínea emitió un comunicado en el que señaló que Pehlivan había pasado su examen médico anual en marzo de este año, y que no se habían detectado problemas de salud que afectaran su capacidad para volar. Aún se desconocen las causas exactas de su fallecimiento, y las autoridades competentes investigan el caso.
La respuesta de Turkish Airlines y el protocolo de emergencia
La aerolínea turca confirmó que, a pesar del trágico incidente, la tripulación actuó con total profesionalismo, siguiendo los protocolos establecidos en situaciones de emergencia. Estos procedimientos incluyen la rápida toma de control por parte del segundo piloto y el copiloto, quienes aseguraron que el avión aterrizara de manera segura. Una vez en tierra, la aerolínea organizó el alojamiento y reprogramó los vuelos de los pasajeros afectados para que pudieran completar su trayecto hacia Estambul.
Este tipo de situaciones, aunque raras, han ocurrido en la historia de la aviación comercial. Los pilotos de aerolíneas están sometidos a rigurosos controles médicos, pero el estrés del trabajo, junto con otros factores, puede tener repercusiones en su salud.
Impacto en la industria y precedentes
El fallecimiento de un piloto durante el vuelo es un acontecimiento extraordinario en la aviación, pero no es el primer caso registrado. En 2019, un suceso similar ocurrió en un vuelo de Aeroflot que cubría la ruta entre Moscú y Anapa, cuando el capitán sufrió un infarto fatal en pleno vuelo. Gracias a los estrictos entrenamientos y protocolos de emergencia que reciben los pilotos, la aviación ha podido manejar este tipo de eventualidades, minimizando los riesgos para los pasajeros.
A pesar de estas trágicas circunstancias, el historial de seguridad en la aviación comercial sigue siendo robusto. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha señalado que los accidentes fatales en vuelos comerciales son extremadamente raros, con menos de un accidente por cada millón de despegues. Sin embargo, estos incidentes subrayan la importancia de mantener protocolos estrictos de salud y seguridad para el personal de vuelo.
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