Escuelas cerradas, clases suspendidas y una rutina escolar marcada por la incertidumbre: la violencia en Sinaloa provocó que durante el periodo de septiembre de 2024 a enero de 2025 se perdieran más de 30 días efectivos de clases, sin contar los descansos oficiales. Así lo reveló Mexicanos Primero, al presentar el Balance Educativo del Ciclo Escolar 2024–2025 en la entidad.
A esta situación se suma otro reto mayúsculo: el difícil aterrizaje de la Nueva Escuela Mexicana (NEM). La implementación del modelo enfrenta obstáculos en las comunidades escolares, que además de lidiar con la inseguridad, carecen de condiciones mínimas para operar bajo un enfoque pedagógico renovado.
En muchas escuelas, ni siquiera lo más básico está garantizado. El informe expone que 18% de los planteles no cuenta con agua potable, 13% carece de baños funcionales, y 4% opera sin electricidad. Pero lo más grave, advierte el documento, es que 74% de las escuelas no están adaptadas para estudiantes con alguna discapacidad, lo que limita gravemente el acceso a una educación inclusiva.
Pese al panorama crítico, también se identificaron avances que podrían marcar una diferencia si se fortalecen. Destacan los incrementos presupuestales dirigidos a la formación docente y a la atención a la primera infancia, así como el inicio de acciones para enfrentar el rezago en aprendizajes acumulado en los últimos ciclos escolares.
Nuria González, directora de Mexicanos Primero en Sinaloa, hizo un llamado a no normalizar las ausencias escolares por causas externas al aula. “Cuando una comunidad vive con miedo o en condiciones indignas, no se puede hablar de una educación de calidad. Se necesita más que programas: se requieren entornos seguros y funcionales”, señaló.
El informe cierra con una advertencia: si no se atienden simultáneamente la violencia, la infraestructura deficiente y las desigualdades escolares, los esfuerzos pedagógicos seguirán viéndose rebasados por la realidad.
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